miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿Prohibido hacer política en las escuelas?

¿Se puede o se debe hacer política en las escuelas? ¿Qué es política? ¿Que es la escuela sino un espacio donde confluyen actores mediados por la cultura y relaciones de poder? Presentamos aquí algunas respuestas para inducir al debate


Tonucci, "Con ojos de niño", REI, 1988 


Se re-transmite actualmente un mensaje que censura la posibilidad de hacer política en las escuelas  aduciendo que atenta con la construcción de un pensamiento libre y democrático y que, en razón de ello, es necesario preservar los espacios educativos -tanto del nivel inicial, primario como secundario- de la práctica o del relato referidos a la política, dentro de las escuelas. Esta afirmación es contradictoria en sí misma y restrictiva de la ampliación de derechos y de ciudadanía porque no tiene en cuenta que es imposible construir un pensamiento libre y democrático si no se conocen los distintos modos de concebir la convivencia democrática. Si no se aprenden y se practican. Se elige y se construye sobre lo que se conoce. Es el desconocimiento el que produce intolerancia o imposibilidad de elegir a conciencia y construir ciudadanía democrática.
No se puede educar para la autonomía a través de prácticas heterónomas, no se puede educar para la libertad a partir de prácticas autoritarias, no se puede educar para la democracia a partir de prácticas autocráticas. Cuando se impide el acceso a conocer los diferentes modos de concebir la política, en realidad se actúa con prácticas autoritarias que, pretendiendo ser asépticas, dan cuenta de una modalidad de concebir el poder y responden al pensamiento dominante. Se opta por la “blanquedad” de la cultura, entendiendo por blanquedad aquello que no es negro, ni amarillo ni rojo, y que define al otro como étnico o racial, metáfora del privilegio. Entonces, todo es política en la escuela: cuando se decide qué se enseña y qué no se enseña,  cuando se eligen determinados contenidos y otros se omiten.
Se hace política implícita o explícitamente y la primera es la más peligrosa en tanto favorece la coacción encubierta y la colonización del pensamiento.  Tal el caso del discurso hegemónico que ha penetrado en las escuelas, un discurso que no habilita la discusión de la historia y ha eregido en héroes y construido estatuas para los genocidas de indígenas, de gauchos; de paraguayos; sindicalistas y anarquistas o de los peones patagónicos en la semana trágica. O cuando trascienden en el aula categorías discriminatorias y estigmatizantes, expresión de representaciones sociales clasistas;  y cuando se reproducen mitos del discurso “blanquizado” que circula en la sociedad y en la porción de la sociedad que es el aula, sin admitir debates, visiones diferentes o cotejo de información pluralista.
Toda institución es un espacio de micropolítica que define relaciones de poder por los modos de vinculación que se construyen, por la forma en que circula el saber tanto entre pares como con los demás miembros de la comunidad educativa, por las voces que se escuchan y por las que se callan porque nunca se les da voz; actores silenciados no silenciosos. Estos modos de vinculación con el saber y con los sujetos que participan del proceso de enseñanza y aprendizaje, van perfilando matrices de grupo, instalan un estilo institucional que marcan un perfil ideológico del aula o de la escuela: eso también es política.
Es necesario discutir con todos los actores involucrados en el proceso escolar esta dimensión política de la escuela y tomar decisiones colectivas en torno a las mismas.
Si queremos construir ciudadanía es preciso constituir al aula en verdaderos polos de discusión sobre la realidad y las relaciones de poder con las que se conviven.
El silencio no es salud. Encubre y otorga.  Es política pero no lo expresa como tal. Y esta postura merece desconfianza porque banaliza la democracia. La transforma en comida “fast-food”, que engaña porque conforma o llena pero no alimenta.

viernes, 9 de noviembre de 2012

El lugar del docente


La tecnología no ha reemplazado al docente. Los TIC son un recurso más en el entorno educativo y precisamente a partir de su incorporación en la clase, es preciso replantear la modalidad de intervención docente. Su lugar sigue siendo fundamental para crear condiciones de aprendizaje que lleven a descubrir y comprender el mundo del conocimiento con espíritu crítico. Presentar  problemas cognitivos, usar y promover la pregunta y la repregunta, la confrontación entre pares y con otras fuentes de información diversas, implica salir de las preguntas que llevan a respuestas que el alumno ya sabe, para pasar a preguntas que hagan pensar y exigir un proceso de búsqueda y análisis. Plantearemos brevemente este lugar del docente desde el enfoque vigotskiano, es decir, como mediador del aprendizaje.



"Collage 1" del Trabajo Fotográfico El Libro de las Preguntas, Prof. Susana R. González 
Las ideas de Vigotsky se encuadran en la psicología socio-histórica  que plantea el desarrollo del niño como el desarrollo particular dentro de una cultura específica; consecuencia del desarrollo filogenético humano y las prácticas sociales en la comunidad en la que vive: dotación biológica y desarrollo histórico-cultural). Diferencia la línea natural de desarrollo, de una línea  cultural. Los procesos de tipo elemental poseen su propia línea de progreso e incluyen formas elementales de memoria, atención, sensopercepciones que progresan con el desarrollo acompañando procesos de maduración y están destinados a reorganizarse, complementarse o subordinarse a procesos psicológicos superiores originados en la vida social. Los procesos de tipo elemental no se constituyen en superiores; son condición necesaria pero no suficiente para ello.  Los procesos psicológicos superiores constituyen la línea cultural o histórica del desarrollo: tienen un origen y un desarrollo social.  En relación a estos procesos psicológicos superiores, diferencia los procesos rudimentarios de los avanzados. Estos últimos dependen de la escolarización y los mediadores (lenguaje y cultura) se constituirán en elementos centrales del aprendizaje.
El concepto de mediadores del aprendizaje, constituye un aporte central para la pedagogía especial. Y de inclusión. "Para definir la relación del niño y su aprendizaje, no basta con establecer el nivel evolutivo en términos de las tareas o actividades que el niño es  capaz de realizar por sí solo, sino que es preciso determinar qué es capaz de hacer con la ayuda de otros. La humanización se realiza en contextos interactivos en los cuales las personas que rodean al niño no son objetos pasivos o simples jueces de su desarrollo, sino compañeros activos que guían, planifican, regulan, comienzan, terminan; etc., las conductas del niño. Son agentes del desarrollo. Al conjunto de actividades que el niño es capaz de realizar con la ayuda, colaboración o guía de otras personas, le llama Vigostky: “Nivel de desarrollo potencial...” (Riviere, 1995, p.58). Desde esta postura, en la construcción de los aprendizajes adquiere importancia la forma en que el "otro" puede ir ayudando a construir los propios andamiajes. El trabajo de los mediadores en el aprendizaje de la persona con discapacidad (la madre primero, un adulto, el docente, otro compañero; un ordenador, etc.) para formar "andamiajes", o sea, esquemas de intervención conjuntas donde el niño aprenda a realizar, en principio, las actividades más fáciles y la madre, las más complicadas; para ir dándole, más tarde, pautas de una mayor responsabilidad activa al niño y menor al adulto" (López Melero, Proyecto Roma).  A medida que el desarrollo del alumno permite ir ganando en autonomía, la acción de mediación va disminuyendo.
Aparecen algunos conceptos como criterios importantes al momento de organizar la práctica educativa a la luz de esta teoría. Mediadores del aprendizaje: adultos y pares, lenguaje y cultura como vehículos de aprendizaje y desarrollo. Zona de desarrollo próximo: distancia entre el nivel real de desarrollo  establecido por la capacidad para la resolución de problemas por propia iniciativa y el nivel de desarrollo potencial, que permite la resolución de un problema con ayuda de otro. Desarrollo potencial: lo que el sujeto puede realizar con la guia y colaboración del adulto, de un compañero más capaz; participando en actividades colaborativas y/o guiadas.  Andamiajes: esquemas de intervención conjunta que permitirá al niño y/o joven recorrer el proceso que va desde la actividad  con otros hasta  la autonomía total, si fuera posible.
En este sentido, es el maestro el que incorporará conflictos educativos a la hora de trabajar en el aula con la computadora. La búsqueda de material, la selección del mismo, la validez de lo que circula por internet, debe ser permanentemente puesto en duda, cuestionado, analizado y cotejado con otros materiales y otras fuentes. Resumimos en un esquema gráfico la relación entre el alumno y los mediadores del aprendizaje