lunes, 15 de septiembre de 2014

Renovar los recursos educativos

Comparto aquí una experiencia realizada con algunas escuelas de la ciudad de Colón (Provincia de Buenos Aires) en la cual se utilizó un ciber de la comunidad como espacio para construir aprendizajes escolares. A través del relato de la coordinadora del Proyecto, Profesora Mirta González, conoceremos el marco general del mismo y el objetivo que lo guió: la posibilidad de involucrar a la comunidad y los alumnos en una propuesta innovadora.


 
La escuela en el ciber

Se transcribe textualmente, el informe de la Profesora Mirta B. González, coordinadora del proyecto.
 “¿Cuál fue la llave que abrió la puerta a este proyecto? Todo comenzó una tarde del mes de Marzo en una reunión de trabajo. En un intento de describir las problemáticas más relevantes del distrito de Colón, aparece el ausentismo en el centro de la escena. No tarda en surgir una pregunta muchas veces abordada: ¿Dónde están los chicos cuando no van a la escuela? La respuesta conduce al escenario del ciber y se ejemplifica con la situación particular presentada en la ESB Nº 1 donde un elevado porcentaje de alumnos de 3er ciclo frecuentaban al mismo en horario de clase. Se trata de una población escolar en situación de riesgo  -problemas socio-económicos, socio-ambientales y psico-sociales-.
Esta escuela, desde el imaginario social, ha sido etiquetada como “marginal” aún cuando su edificio funciona en el centro de la ciudad. El dueño del ciber por su parte, en un acto de compromiso social,  ha denunciado la presencia de niños de dicha institución educativa en horas de clase.  Frente a esta situación se abren dos caminos:
·         Declararnos inhabilitados o ajenos a la responsabilidad de abordar el problema.
·         O transformar el mismo en una oportunidad para abrir nuevas rutas de análisis y aprendizajes.
Se inicia así el desafío de gestionar un nuevo espacio de investigación educativa relacionado con el ciber. Los supervisores socializan la propuesta en la comunidad educativa de la ESB Nº 1 informando que a partir del mes de Agosto se trabajará con los alumnos en contraturno en el escenario del ciber. Por su parte, la comunidad educativa hace propia la tarea. Para la selección del grupo receptor los docentes no toman como única variable el ausentismo y amplían abarcando: apatía, fracaso escolar y problemas de disciplina.
Se acuerda seleccionar 7mo. año por las siguientes razones:
·         Inicio del primer año de la Secundaria Básica
·         Posibilidad de dar continuidad al proyecto
·         Evaluar el impacto durante el proceso y al finalizar el ciclo.
 Para poder emprender y sostener el proyecto aparece la necesidad de recursos tanto económicos como humanos. El Municipio y el Consejo Escolar brindan el apoyo económico. La Dirección General de Cultura y Educación facilita los recursos humanos encargados de coordinar el trabajo en el espacio del ciber. La Escuela Técnica Nº1 brinda alumnos tutores provenientes del 3er año, Nivel Polimodal de la especialidad Informática (Bienes y servicios) y la Secundaria Básica Nº 1 -equipo directivo, profesores,  preceptores y  Equipo de Orientación Escolar - acompaña y colabora con el abordaje de las problemáticas desde el trabajo en el ámbito escolar y las visitas domiciliarias a los hogares de los niños con ausentismos.
La primera tarea emprendida en conjunto fue diseñar, aplicar y evaluar instrumentos diagnósticos que permitiera tener una aproximación al uso y al tiempo que los niños le dedican al ciber.  Acompañando al interrogante que se constituye en llave de este proyecto, surgen otros que pueden estar implícitos o no en el anterior. Entre otros:
  •  ¿Cómo unir ciber y escuela en una propuesta que supere la brecha entre ese espacio virtual y formal    respectivamente?
  • ¿El trabajo en otro escenario diferente al aula puede resultar estimulante para el alumno?
  •  ¿Las interacciones que se dan en el ciber son semejantes o iguales a las observadas en el aula?
  •  ¿Los niños usuarios de ciber manifiestan necesitar ayuda en el proceso de interacción con la             computadora?
  •  ¿Qué saberes y competencias han adquirido los usuarios en relación a las nuevas tecnologías?
  • ¿Qué puede ser elevado a la categoría de significativo para un concierto de adolescentes  presuntamente más atrapados por el ciber que por la Escuela?
  • ¿Cómo repercute en su subjetividad y en su visión de sí mismos participar en un proyecto   relacionado con saberes considerados socialmente significativo?
  • ¿Merece ser tema de debate la calidad de lo que se aprende informalmente en el ciber? ¿Cuál sería el rol de la Educación?

 Estos interrogantes movilizan a pensar que  en  Educación  la intervención desde esta sociedad-red,  es un desafío para todos.  El  Proyecto se convierte en una decisión micro política necesaria para construir nuevas categorías de aprehensión de la experiencia personal y social, nuevas dimensiones de cultura que otorguen calidad al uso que los niños hacen de las nuevas tecnologías de la información.
Ante estos interrogantes planteados, no dudamos en transitar  esta tarea partiendo de  las inquietudes, experiencias  y necesidades escolares-extraescolares de los estudiantes; no dudamos en transitar esta tarea partiendo de la convicción que es la escuela, con sus docentes, la que tiene que investigar y replantear sus prácticas.”
El equipo de supervisión coordinado por la Profesora Mirta González que llevó adelante esta experiencia, reconoce los logros tanto individuales como del grupo que se produjo no sólo desde los contenidos que pudieron incorporar los alumnos, sino esencialmente desde la vinculación afectiva que se produjo con el conocimiento y con el entorno. En uno de sus informes relata a propósito de las condiciones creadas para favorecer la circulación del saber en forma colectiva:
“Más de un adulto que se encuentra presente como observador, ayuda sin siquiera dudarlo, así se observa que la directora o la secretaria también colaboran. No se presenta como un problema las convenciones en la escritura (Mayúscula, puntuación, ortografía) (…) El acompañamiento se vuelve cada vez más personalizado. Cada sub-grupo está haciendo cosas diferentes y pide información diferente. (…) En los momentos de cierre, en ambos grupos, se dio una polifonía de voces que se saludan al mismo tiempo y en el mismo espacio, con comentarios y reflexiones sobre lo que sucedió (metacognición). No hubo filas, ni turnos para saludar, ni frases cliché. Sin embargo en ambos grupo existió el momento de la despedida, con tonos emotivos y gestos de reconocimiento. Incluso participaron los dueños del ciber. (…) Muchos adultos se acercan en diferentes momentos de la mañana a expresar su entusiasmo por el proyecto y declaran estar sorprendidos o conmovidos por la forma en que se manejan los chicos y también los tutores. La dueña del ciber dice estar muy contenta frente a esto.”
Esta experiencia resulta significativa porque procura adaptar la enseñanza a los cambios que se producen individual y socialmente en las nuevas formas de aprender que tiene el sujeto. Como bien dice Vigotsky el desarrollo cultural del niño se produce primero entre personas (interpsicológica),  y después en el interior del propio individuo (intrapsicológica)  y en todos los casos, son las relaciones entre seres humanos las que promueven el desarrollo de las funciones superiores. El adulto, docente u otro referente, son mediadores fundamentales entre el niño y su cultura de ahí la importancia de captar los cambios culturales para poder mediar en condiciones óptimas.




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